Daimiel

Daimiel, en Ciudad Real, la ciudad de Las Tablas. Un oasis en la estepa de La Mancha de importancia internacional. El milagro del agua que ha legado una cultura de más de 4000 años de antigüedad como revela la arqueología en la Motilla del Azuer


Y además Daimiel te sorprenderá cuando pasees por sus calles y descubras sus monumentos y museos


El humedal conocido como Las Tablas de Daimiel fue declarado Parque Nacional en el año 1973, Reserva de la Biosfera en el 1981 e incluido dentro del Convenio Ramsar en el año 1982


Para visitar el parque, solo tienes que seguir unos senderos muy bien señalizados


Las Tablas de Daimiel son el último representante de un ecosistema característico de La Mancha denominado tablas fluviales


Se forman por la confluencia del río Cigüela con el Guadiana, favorecido por la escasez de pendiente en la zona


Que con la interconexión de las aguas superficiales y subterráneas del Acuífero 23 determinan la existencia de una singular cubierta vegetal


Que permite el desarrollo de un excepcional hábitat para toda la fauna ligada al medio acuático


Una gran variedad de aves acuáticas pueblan Las Tablas. Entre las más adaptadas al agua se encuentran el somormujo lavanco, el zampullín común y el zampullín cuellinegro. Garzas, garcillas, martinetes y todo tipo de anátidas ibéricas, se pueden observar dependiendo de la época en la que visites el parque


Entre la flora, las plantas acuáticas son el substrato básico de Las Tablas de Daimiel, rodeado siempre de de grandes tarayales. Los únicos árboles presentes son los tarayes


Aunque el taray suele ser un arbusto o árbol pequeño, aquí se ven grandes ejemplares que superan con facilidad los 10 m. de altura


Bajo la superficie de Las Tablas existe un armazón de piedra caliza. El Karst fisurado que se sitúa bajo La Mancha es el mayor de cuantos se conocen en España


A lo largo de los siglos, la filtración del agua de lluvia fue primero descomponiendo la caliza, para después empaparla y convertirla en una descomunal esponja mojada. Una vez llena, comenzó a soltar agua, originado el paraje más singular de la geografía manchega



Las Tablas de Daimiel están consideradas como Zona Húmeda de Importancia Internacional en la lista que, al amparo del Convenio de Ramsar, acoge cerca de 200 humedales de Europa y Norte de África. Están estratégicamente situadas en las rutas migradoras de miles de aves y desde hace muchos años han sido utilizadas como zona de reposo. Incluso muchas de estas aves escogen estas zona para pasar el invierno


Casa de pescadores. En esta típica casilla vivió, Bautista Ga Consuegra y su familia, pescador y primer guarda forestal del Parque Nacional. Como ellos, en el entorno de Las Tablas llegaron a vivir 350 familias de la pesca y los cangrejos, creando una singular cultura basada en el respeto al humedal


Los Majanos. típica arquitectura popular, se formaba con las piedras que se retiraban del terreno, formando estas "atalayas". Desde muy antiguo el hombre ha sabido aprovechar los abundantes recursos que les ofrecía este medio. La presencia humana en Las Tablas se remonta a las primeras culturas prehistóricas palustres que las habitaron en la Edad del Bronce (1500 a.C.)


El Mirador. La sucesiva extracción de un volumen de agua muy superior a la recarga media anual ha provocando un desembalse importante del acuífero que se tradujo en un descenso progresivo del nivel freático


Laguna de Navaseca, otra de las lagunas y humedales que integran la Reserva de la Biosfera "Mancha Húmeda"


Flamencos. Navaseca es un humedal excepcional para la observación de la avifauna, acogiendo a una gran variedad de especies entre las que destacan los ánades, gaviotas, fochas, calamones y el Flamenco común


En el núcleo urbano se puede disfrutar de bellos y relajantes rincones, como este. Plaza de España un bello ejemplo de plaza popular manchega originaria del s. XVI


En uno de los extremos de la plaza se localiza el Olivo Milenario, representativo de uno de los cultivos tradicionales de la zona


Museo Comarcal de Daimiel, ubicado en una antigua casa de labor rehabilitada como espacio museístico


Recoge la historia y las costumbres de Daimiel y del entorno con el que ha compartido grandes acontecimientos desde sus remotos orígenes hasta el momento presente


Historia, territorio, tecnología, ideas y creencias conforman las principales líneas argumentales que se tratan en el recorrido de manera cronológica en las tres plantas del edificio


Típica Cueva de las casa manchegas. Cueva de la casona que aloja el museo


Quintería. La antigua vivienda de campo, compartía usos residenciales con animales y herramientas de labores agrícolas


El museo rinde homenaje a tres daimeleños ilustres: el arquitecto Miguel Fisac, el coleccionista Vicente Carranza y el pintor Juan D´Opazo


Simulación de enterramiento, en este caso de alguien del sexo masculino, ya que esta posicionado mirando hacia la izquierda, las féminas se enterraban mirando a la derecha


Reproducción de una falcata, y puntas de flecha, armas utilizadas por los guerreros


Arado Romano


Mercado de abastos, en el centro de la ciudad, es un edificio de grandes dimensiones en el que se fusionan la arquitectura popular y el funcionalismo. El exterior muestra un aspecto típicamente manchego, encalado y de gruesos muros de mampostería


Iglesia de San Pedro Apóstol. Gótico tardío, s. XVI. La torre de la iglesia, consta de un primer cuerpo cuadrangular y un segundo octogonal cuerpo de campanas


De planta de cruz latina con una sola nave y ábside poligonal. Con bóvedas de crucería en la nave y estrellada en el crucero y el ábside


El retablo barroco que poseía fue destruido durante la Guerra Civil. El actual data del año 1948 y alberga pinturas murales del pintor daimieleño Juan D´Opazo


La portada principal, situada en uno de los laterales del templo, es de estilo barroco tardío, organizada en dos cuerpos y enmarcada por pilastras acanaladas y orejones, predominando en ella las líneas quebradas. La preside la imagen del Sagrado Corazón de Jesús situado en una hornacina, en su parte superior


Daimiel es la cuna del arquitecto que revolucionó en las décadas de los años 50 y 60 el panorama de la arquitectura española. Miguel Fisac El recorrido por la ciudad muestra algunas de sus obras más representativas. En este edificio, Miguel Fisac utilizó una de sus patentes más conocidas, el hormigón flexible


Iglesia de Santa María La Mayor, s. XIV, de estilo gótico. La torre de fecha posterior a la construcción de la iglesia, es de mediados del s. XVI


La puerta de la fachada sur, conocida como puerta del Sol, presenta un arco acortinado del s. XV


El interior está estructurado en tres naves, separadas por pilares con columnas adosadas, cabecera poligonal y dos ábsides, cubriéndose las naves con bóvedas de terceletes


A los pies, en el coro bajo, existe una lápida en la que se dio sepultura a Joaquín Ibáñez Cuevas, barón de Eroles, héroe de la guerra de la independencia. Arriba el órgano


Iglesia del Convento de las Monjas Mínimas. El convento de Mínimas de San Francisco de Paula se fundó en 1627 por María de Almansa en la antigua ermita de la Trinidad. Hoy día se conserva todo el conjunto conventual


Los orígenes de Daimiel se remontan a la Edad del Bronce con el yacimiento arqueológico de la Motilla del Azuer (2200-1500 a. de C.)


Sin lugar a dudas el más emblemático y representativo de La Mancha donde se ha descubierto el pozo más antiguo de la Península Ibérica


Las Motillas, pequeñas elevaciones en la llanura manchega, al quedar enterrados dichos poblados. En el término municipal de Daimiel se encuentra la mayor concentración de este tipo de poblados de España


La Motilla del Azuer, situada en la vega del río Azuer y a 10 km. de Daimiel


Este yacimiento prehistórico de la Edad del Bronce, es la motilla más documentada y la única visitable en la actualidad


Las especiales características de este yacimiento, así como la monumentalidad de las estructuras de su fortificación, con muros de mampostería que conservan más de 8 metros de alzado


Confieren al asentamiento del Azuer un carácter relevante dentro de la Edad del Bronce de la península ibérica


La Motilla del Azuer cuenta con dos espacios diferenciados


Por un lado, un monumental recinto fortificado, entre 4 y 10 metros de altura, integrado por muros concéntricos


Que defendían una serie de ámbitos donde se gestionaba y controlaba la actividad económica del asentamiento


Como estos silos que guardaban el grano


Mientras, al exterior de las murallas se emplazaba el poblado


El montículo de la fortificación, con un diámetro de unos 40 m. está integrado por una torre, tres líneas concéntricas de murallas y un gran patio


Su núcleo central está formado por una torre de mampostería de planta cuadrada, cuyos paramentos este y oeste conservan una altura superior a los 10 m. 


A su interior se accede mediante rampas embutidas en estrechos pasillos​


Dentro del área fortificada se delimitan otros amplios espacios: un patio y dos grandes recintos separados por una línea de muralla intermedia


En el interior del patio, de planta trapezoidal, los habitantes del Azuer excavaron un pozo, que perforó la terraza aluvial hasta alcanzar el nivel freático y abastecía de agua al asentamiento


Esta estructura hidráulica se mantuvo en uso durante todo el periodo de ocupación del yacimiento y alcanza por el momento una profundidad de al menos 16 m.​


La decoloración de la piedra nos muestra que en épocas de bonanza el agua alcanzó unos niveles impresionantes


El recinto intermedio ocupa la mitad occidental de la fortificación entre la muralla intermedia y el paramento exterior del pasillo que circunda la torre


La funcionalidad de este recinto experimentó variaciones durante las distintas fases de ocupación del yacimiento, utilizándose como zona de corral ocasional de ovejas, cabras y cerdos


 Y especialmente como almacén de cereales (cebada y trigo), con la aparición de silos con estructura de mampostería y barro, sistema que se sustituye por el almacenamiento en grandes vasijas y capachos de esparto en las fases de ocupación más recientes


Las líneas de muralla más externas presentan unas características constructivas de gran interés por el desplome que experimentan sus paramentos hacia el interior de la fortificación, lo que plantea una serie de interrogantes sobre los sistemas constructivos del yacimiento y la dinámica de los mismos


Las piedras de estas murallas desplomadas, han sido catalogadas y numeradas,  para en las reconstrucciones mantenerlas erguidas pero en su misma posición


En el interior del recinto delimitado entre las murallas exterior e intermedia se fueron construyendo a lo largo de la ocupación del yacimiento numerosos hornos de planta circular u oval con zócalos de mampostería y cubierta abovedada de barro, así como silos rectangulares para el almacenamiento de cereal


La línea de fortificación más externa, circular y concéntrica a los sistemas de fortificación interiores, ofrece en su última fase de construcción un paramento de bloques de caliza 


El acceso al interior de la fortificación desde el área del poblado se realizaba a través de pasillos paralelos a las murallas


El hábitat se sitúa al exterior de la fortificación en un radio de unos 50 metros. Las viviendas ofrecen planta oval o rectangular, con zócalos de mampostería y alzados de barro con postes embutidos


Asociadas a las casas se documentan grandes áreas abiertas dedicadas a actividades de almacenamiento y a trabajos de producción, en las que se localizan una alta concentración de fosas y restos de hogares u hornos, así como áreas destinadas a basureros​


La distribución de la necrópolis de la Motilla del Azuer coincide con el área del poblado, siguiendo un patrón corriente en la mayoría de las culturas de la Edad del Bronce peninsular


Los difuntos se inhumaban en posición encogida, dentro de fosas simples o en fosas revestidas por muretes de mampostería o lajas hincadas, que a veces se adosan a los muros de las casas o a los paramentos exteriores de la fortificación. Algunos niños se enterraron en el interior de vasijas. Los ajuares son escasos y poco representativos, salvo en casos excepcionales de individuos adultos enterrados con vasos de cerámica, un puñal de remaches de cobre arsenicado y un punzón de este mismo metal


El aspecto monumental de esta arquitectura nos infiere la gran inversión de esfuerzos que implicó la construcción, mantenimiento y defensa de todas estas estructuras


El sistema defensivo estaba preparado para dificultar el acceso a extraños haciéndolos pasar de uno en uno por angosturas y recodos, facilitando la defensa


Centro de Interpretación del Agua, ubicado en el antiguo instituto Laboral de Daimiel, obra arquitectónica de especial relevancia en la creación del genial arquitecto Miguel Fisac


Esta visita es un buen punto de partida para contextualizar en el tiempo los orígenes del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, la Laguna de Navaseca y la Motilla del Azuer. Permite valorar el agua como elemento imprescindible para la vida, por medio de un recorrido por el paisaje y la historia de Daimiel


El recorrido se inicia con los orígenes geológicos del paisaje daimieleño


Con una singular concentración de numerosos humedales, lagunas y ríos que facilitaron el asentamiento de múltiples culturas y pueblos


Se puede visitar la recreación del pozo de la Motilla del Azuer, y de una singular casilla de pescadores, entre otras muchas cosas


Desarrollado desde un punto de vista divulgativo de los principales aspectos naturales, sociales e históricos relacionados con el agua en la localidad


Incluso en el acervo inmaterial que coloca al municipio como 'Pueblo de Brujas'. Ana López, la Larga, vecina de Daimiel, acusada de herejía y procesada por la Santa Inquisición entre 1663 y 1666. Se la sentenció a excomunión, pérdida de todos sus bienes y tuvo que salir en Auto de Fe, en procesión, recorriendo las calles hasta la iglesia vistiendo sambenito


Molino de Molemocho, hoy centro de visitantes. Situado a la entrada del Parque Nacional de Las Tablas, es un antiguo molino hidráulico, como tantos otros que en su día sirvieron, aprovechando el abundante caudal de agua, para moler el grano


Lo de abundante caudal de agua es un eufemismo, ya que en épocas secas se ve así y toca desplegar la imaginación


Este molino ya es mencionado en las Relaciones Topográficas de Felipe II, en el año 1575


El Molino de Molemocho ha sido restaurado recientemente, y en su interior nos ofrece una exposición etnográfica de los diferentes elementos hidráulicos que formaban parte de las instalaciones propias de un molino


Mediante unas cristaleras situadas en el suelo podemos imaginar como regulaban el paso del agua levantando compuertas y activar los sistemas de molido


Con cinco canales que podían moler simultáneamente se entiende el nombre de Molemocho - Moler mucho


Se accede al mismo desde un aparcamiento cercano, desde el cual se realiza un interesante recorrido a pie de 400 m., por la ribera y soto del rio Guadiana


Por el cual vamos a disfrutar de la presencia de fauna avícola. Destaca la colonia de cigüeñas blanca en la arboleda cercana ...


... Y la gran biodiversidad de especies observables en el entorno del molino y la ribera así como los sotos y zonas de monte bajo cercanos





Ermita de San Isidro. Construcción del s. XVII, conocida como ermita del "Ecce Homo". Esta ermita responde al canon de arquitectura tradicional de la zona


La planta es de cruz latina y tiene una pequeña cúpula sobre pechinas. En el altar se encuentran las imágenes de San Isidro y Santa María de la Cabeza


Ermita de San Roque, del s. XVI. Guarda mucha relación con la arquitectura tradicional. Es de pequeñas dimensiones, con artesonado de madera que cubre la única nave


Ermita del Cristo de la Luz.. Su construcción se inicia en el año 1738, cuando el sacerdote daimieleño don Dionisio de Montealegre consiguió una autorización del Arzobispo de Toledo, para edificar un santuario y mediante limosnas y ofertorios se reunió el dinero suficiente para el inicio de las obras


En 1907 se funda la Congregación de la Pasión de Jesús, también llamados Padres Pasionistas. Es en esta fecha cuando se levanta el convento anejo donde, en la actualidad, residen los Padres Pasionistas


En el interior destaca el retablo en el altar mayor obra del tallista daimieleño Pedro López Villaseñor, de mediados del s. XVIII


Santuario Virgen de las Cruces, acoge a la patrona de Daimiel, la virgen de las Cruces, una talla del s. XIV por la que la población daimieleña siente gran devoción


Desde el s. XVIII, el santuario consta de la iglesia y junto a ella un amplio patio con arcos de ladrillo de medio punto que sostienen los corredores, éstos asoman al patio entre pies derechos y balaustrada, dando paso a las distintas habitaciones de la planta alta que, junto con las de la planta baja, son alquiladas por los romeros


En el santuario se celebran las romerías en honor a la Virgen de las Cruces, congregando cada una ellas a un importante número de asistentes

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