Mula

Mula, es una villa murciana, monumental y de fuerte carácter, situada en un fértil valle de la sierra de Espuña



El nombre de Mula es la evolución del latín "molaal", referente al tipo de monte conocido por muela, donde se ubica su castillo y que es donde desde la prehistoria, se establecen sus orígenes



Esta villa monumental y de recia condición, se apiña en torno a su Plaza Mayor



Centro de la vida social de Mula y donde se ubica el ayuntamiento, sobre una antigua casa solariega del s. XVII


La Torre del Reloj. Su función era la de marcar las horas con sus campanadas para que se escuchasen en la huerta y así el agricultor sabía su turno de agua para el riego



Iglesia de San Miguel, del s. XVI



Convento de la Purísima Concepción, s. XVI. La desamortización de Mendizábal, provocó la expulsión de los religiosos y acabando la vida conventual del recinto que, vendido a particulares, pasó a convertirse en posada, viviendas, teatro, cárcel, almacén de grano, etc.



Parroquia de Santo Domingo de Guzmán



Ermita de Nuestra Señora del Carmen



Recorriendo la parte alta, por las callejuelas que forman el casco antiguo, sorprenden las vistas del patrimonio monumental y natural



La villa cuenta con palacios y monumentos que certifican una riqueza que el Marques de los Vélez, trató de asegurarse frente a la población, erigiendo un imponente Castillo



Don Pedro Fajardo, gracias al favor real recibió la villa de Mula, que hasta el primer tercio del siglo XV había sido villa de realengo. Este hecho propició un enfrentamiento entre la casa marquesal y las familias nobles del pueblo que habían copado el poder en ella hasta ese momento



La construcción del contundente baluarte no dejó lugar a dudas de que el poder de los Fajardo auguraba cambios en el proceder de la política municipal



Situado en posición que domina la ciudad y la huerta desde lo alto de la colina donde la Familia Fajardo decidió construirlo



Y que parece continuación de los riscos sobre los que se asienta



La construcción actual está hecha sobre ruinas musulmanas que sirvieron de germen y de la que queda una muralla medieval en  la ladera de la colina, desde la cual se domina toda la vega



Quedando para la posteridad, una magnífica obra de sillería del s. XVI



Real Convento de la Encarnación, s. XVII, levantado sobre una antigua ermita de la que solo queda el campanario



La iglesia es una construcción al más puro estilo barroco en tres naves y planta de cruz latina. En el altar mayor está el camarín de Nuestra Señora de la Encarnación



El templo tiene una decoración exuberante con representación de yeserías barrocas



El Monumento al Tamborista. La Noche de los Tambores, que se celebra cada Martes Santo, se ha convertido en la fiesta más emblemática de Mula



El recorrido por el casco antiguo de Mula nos fascinará por sus calles y casas palaciegas, nos trasladará a las diferentes épocas históricas del Reino de Murcia



La casona que alberga el museo de arte Ibérico, es el antiguo palacio del Marqués de Menahermosa, del s. XVIII



La Casa Pintada es una vivienda palaciega con fachada decorada con cornisas de amplio vuelo esgrafiadas y cuatro balcones coronados por cada uno de los escudos familiares



Antiguo Hospital de la Purísima Concepción. En el s. XVIII se remodela, y entre las mejoras se construye la portada que daba paso al recinto, dando acceso al huerto y al cementerio



Este gran valle es una excepción a la Murcia seca, la altura de las empinadas calles proporcionan excelentes vistas de la huerta que riega el embalse de La Cierva y el río Mula



En el río Mula a su paso Bullas, en un lugar denominado El Molinar, se encuentra el Salto de Usero



A su paso por este Salto, el cauce presenta una formación de travertinos de una gran belleza paisajística



El agua de este río durante milenios la ha esculpido, dando lugar a un sitio privilegiado



Una cascada que se alberga dentro de una cúpula natural



Una impresionante poza de agua que los vecinos llaman vaera, y que con buen tiempo, invita a darse un buen baño



Ainsa - Cañón de Añisclo

Ainsa, municipio de Huesca donde el tiempo acaricia con sus largos dedos, la protección de las piedras, un lugar de leyenda, que hunde sus raíces en tiempos remotos



Los primeros pobladores que habitaron este entorno prodigioso, con el paso del tiempo, fueron dando forma humana a uno de los enclaves más hermosos del Pirineo



Piedra sobre piedra, camino a camino…las diferentes culturas que habitaron estas tierras dejaron su huella singular



Ya los celtas y romanos vieron en este enclave, donde se unen los ríos Cinca y Ara, ríos trenzados, el lugar arquetipo para asentarse



Los ríos trenzados se forman cuando el agua acarrea gran cantidad de materiales de grueso tamaño, gravas, procedentes de depósitos dejados por antiguos glaciares que ocuparon la cabecera del río o procedentes de erosión de rocas



El río transporta estos materiales durante las crecidas, formando canales separados, barras o islas. En general son ríos inestables e imprevisibles sujetos a avenidas que modifican en solo unos días su cauce



Navata. En su día el Cinca fue un río maderero, La madera se transportaba impulsada por la fuerza de la corriente, por medio de navatas, grandes plataformas de troncos atados. En mayo se celebra el "descenso de las navatas" por el río Cinca



El fértil valle que forman los ríos Ara y Cinca acoge la expansión del pueblo, fuera del cerro en que se asienta el núcleo medieval



Al cuál se puede llegar ascendiendo una pétrea escalera y a su vez ir disfrutando de las bellas vistas que ofrece el valle



Portal de Afuera, s. XV, uno de los portales de la antigua muralla



El estrecho cerro donde esta ubicado el pueblo, da para dos calles y sus filas de casas correspondientes



Con las puertas que abren lo que fue la fortaleza medieval, formando deliciosos rincones



Y los estratégicos soportales aumentan la espectacularidad del entorno



Calle de Santa Cruz, museo medieval al aire libre



Una villa donde se une el ayer y el hoy, porque detrás de la sobria y pétrea arquitectura continua latiendo una vida amable y acogedora



Iglesia de Santa María, finales de s. XI, portada con cinco arquivoltas sobre columnas y el principal elemento identificador de Ainsa, su enorme torre 



El óptimo emplazamiento y su considerable altura, habilitó su función militar como torre vigía



Templo que es una obra de arte del románico y verdadera joya de la comarca de Sobrarbe donde destaca la sobriedad y desnudez



En la cripta se hizo una pequeña capilla con la restauración que la salvó de las ruinas, rehaciendo sus bóvedas, capiteles y columnas haciendo copia de los que se conservaban



Impresionante, aunque humilde y sencillo el claustro construido entre los siglos XII y XIV



Resulta peculiar por su forma irregular con la que se adapta perfectamente al mínimo espacio disponible




A su ábside se adapta una de las puertas que abren el núcleo urbano



Núcleo que está presidido por la vistosa y colorida Plaza Mayor. Impresiona por sus dimensiones fuera de lo común y por la sencilla armonía de sus líneas




Que ha sido durante los siglos XII y XIII el escenario de las célebres ferias y mercados de Ainsa, donde se halla el ayuntamiento



El elemento más característico son sus porches laterales, armónica sucesión de arcos de medio punto y ojivales, todos diferentes entre ellos



La perfecta conservación de los edificios originales, la convierten en una de las más hermosas plazas medievales de España



Bajo los soportales hay numerosos restaurantes, además de dos prensas comunales de vino que utilizaban los vecinos del pueblo que no tenían una partícular para prensar las uvas de su cosecha



Arco del Callizo, s. XIV



Monumento a los fueros de Sobrarbe y los orígenes de la identidad de Aragón



Del castillo podemos ver el conjunto amurallado y torreones cuadrangulares en los ángulos. De grandes dimensiones



El aspecto actual de la fortaleza responde a la política de fortificación de Felipe II,s. XVII



El castillo con un enorme patio de armas, conserva casi toda la muralla. De sus puertas exteriores principales, quedan dos en pie



En uno de los laterales se pueden ver restos de antiguas dependencias



Los muros están reforzados por arquerías elevadas con arcos de medio punto, románicos a pesar de datar del siglo XVII y cuya función es la de sostener el Paseo o Camino de Ronda



La Torre del Homenaje, del siglo XI, está totalmente reconstruida. Es una torre pentagonal de cinco pisos con saeteras y tejado a dos aguas



La ronda perimetral sobre la muralla es un excelente mirador del paisaje que ofrece la bella sierra de las Tucas




Y a su vez la mejor perspectiva del pueblo



Arco del Hospital; de arco rebajado y sobre su bóveda cruza un pasadizo que ponía en comunicación la Iglesia con el antiguo hospital de peregrinos



La plaza Mayor, todavía conserva restos de la primera muralla, de la que formaba parte el Portal Ato que da a la calle Mayor



Siguiendo la calle Mayor, podemos observar varias fachadas importantes, casa Arnal, casa Bielsa etc y todas tienen su nombre, porque aquí cada casa es más que un edificio. Forma parte de un sistema social del pirineo. La presencia de un solo heredero garantiza la permanencia íntegra del patrimonio familiar



Una de las más hermosas de toda la villa es la casa Bielsa, de formas románicas, aunque estas maravillosas ventanas con parteluz son algo posteriores a la época medieval



Extraordinarios portales, que al igual que otros elementos de la fachada, realzaban el aspecto exterior para aumentar el prestigio de sus propietarios



Plaza de Santo Domingo


Plaza San Salvador


Cruz Cubierta, situada a 1,5 km. del castillo. Un pequeño templete circular construido en 1655; en su interior, sobre un altar, está la carrasca coronada con la cruz; que conmemora la reconquista de Ainsa, en el lugar donde, según la leyenda de “La Morisma”, se libró la batalla




En las cercanías del municipio hay varias pequeñas ermitas con sus peculiaridades propias y que es interesante conocer, en la foto la de Santa Ana y la de, La Virgen de los Palacios, del s. XVII



Su interior remozado en lo mínimo, guardan un sabor original y auténtico



 El Pirineo tiene muchos e increíbles parajes y uno de ellos es el Cañón de Añisclo



La entrada a este cañón se hace desde Ainsa



Situado al sur del macizo del Monte Perdido y labrado por el transcurrir del río Bellos



 Una estrecha carretera de un solo sentido lo recorre



Por unos parajes que son todo un espectáculo sensorial



Una singularidad de este espacio es el fenómeno de inversión térmica, que da lugar a un trueque en los pisos arbóreos, de forma que la vegetación más seca como las carrascas están en las zona alta, mientras que los hayedos se sitúan en el fondo el barranco













Encinas, hayas y otras frondosas convierten al Cañón de Añisclo en una micro selva de montaña, y en una fabulosa escuela de naturaleza