Cellorigo, a pocos kms de Logroño, situado a los pies de grandes riscos calcáreos, en una auténtica atalaya natural desde la que se divisa una maravillosa panorámica. Por eso se le conoce como "El púlpito de La Rioja"
Entre las estribaciones meridionales de los Montes Obarenes, desde donde se dominan las cuencas bajas de los ríos Tirón y Oja
El primer nombre con el que Cellorigo aparece en la historia es en la Crónica de Albelda, con dos variantes latinas, "Castrum Celloricum" y "Castrum Celoricum"
El topónimo puede ser de origen celta, por su similitud con otros castros localizados en Asturias y Cantabria de nombre parecidos, lo que nos remontaría al s. V antes de Cristo
Desde aquí, a partir de la ladera de peña Lengua frontera natural entre Burgos y La Rioja, se tiene una espectacular panorámica
Panorámica. Las vistas hacia el valle constituyen el principal atractivo de este enclave riojano
Panorámica. Un mirador sobre una llanura plagada de viñas y de pueblos, y cerrada por la Sierra de Cantabria, la Sierra de la Demanda y los Montes Obarenes
Panorámica. En días claros se pueden ver hasta 30 pueblos riojanos
Cellorigo, tuvo su esplendor en el s. IX donde había un castillo que fue testigo de innumerables luchas entre árabes y cristianos
La historia del Cellorigo actual, siempre aparece vinculada a la existencia de este castillo, del cual, solo quedan las referencias escritas y visibles algunas entalladuras en las rocas
Un castillo, que no fue un castillo señorial sino defensivo, nacido al amparo de la muralla natural que proporcionan estas rocas
Recorriendo la parte alta del pueblo es fácil imaginar tiempos medievales
Ruinas que hablan a quien quiere escuchar
Entre estas peñas se encontraba la fortaleza, que fue atacada en varias ocasiones por las tropas musulmanas
Los enfrentamientos más importantes, sobre estos prados de falso azafrán, fueron las batallas de los años 882 y 883 por el príncipe Al-Mundir y era defendida por del conde alavés Vela Jiménez. A partir del 931 la fortaleza pasa ser parte del condado de Castilla
El pueblo son tres calles acopladas a la ladera, bajo la sombra de las grandes peñas
Tendrás suerte si en tu paseo puedes encontrarte con alguno de los 12 celloriganos que habitan el pueblo
Pero si podrás admirar las casas hidalgas que hablan de su esplendoroso pasado
Iglesia de San Millán, un edificio construido en sillería en la segunda mitad del s. XV
En mi visita fue imposible ver su curioso interior, tengo referencia de su excepcionalidad, que es de planta de dos naves con cabeceras rectas, cosa rara, ya que lo habitual es que sean 1 o 3 las naves interiores
De su pasado Guerrero solo conserva algunas torres fuertes medievales plenamente integradas dentro del caserío que completarían la defensa en lugar
La más antigua del s. XII, está en la casa número 68, por su pequeño tamaño pudo ser una torre vigía y construida para vigilar el acceso al castillo
En el pueblo está también el palacio de los Frías Salazar, edificio del s. XV
Imagen del pueblo
Imagen del pueblo
Imagen del pueblo
Imagen del pueblo
Imagen del pueblo. Fuente y pila abrevadero
Ermita de Santa María del Barrio
La localidad se inscribe en la ruta del Románico riojano con las ruinas de esta ermita, que se levantó sobre un templo mozárabe del s. X
Situada en la vertiente norte de las peñas en un alto de unos 500 metros bajo el pueblo, es un edificio en ruinas y sin culto desde que en los años 40, un huracán se llevará la cubierta románica de finales del s. XII
Conserva restos prerrománicos con portada de arco de herradura sobre dintel visigótica
La cabecera se cubre con cañón apuntado y con arco triunfal de medio punto sobre pilas toscanas
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