Batea

Batea, pueblo de Tarragona en la Tierra Alta donde convergen la historia en una tierra dura, el rico patrimonio medieval heredado y la excelente gastronomía popular



Batea es ciudad medieval, con un casco antiguo perfectamente conservado y en constante rehabilitación, que seduce por su autenticidad



El pueblo está lleno de rincones por descubrir, interésate por los secretos y anécdotas que han ocurrido por sus calles a lo largo de la historia



Ca la Vila, nombre de la medieval Casa Grande del municipio, hoy sede del ayuntamiento. En la planta baja se conservan arcos góticos de los ss. XIII y XIV. En la fachada destaca el reloj mecánico monumental de dos esferas



Calle Mayor, calle principal de la Villa, que daba acceso a la Iglesia y al Castillo, jalonada de unas arcadas góticas de la Edad Media



Subir por la calle Mayor es empezar a adentrarse en la antigua villa amurallada, la Vila Closa



Destacan los arcos y porches góticos de los ss. XIII, XIV y XV, que servían de refugio a los peatones en días de lluvia, y de tienda y obrador para los comerciantes artesanos



Capilla de la Virgen del Portal. de estilo barroco, fue construida en 1698. Se venera su imagen como patrona del pueblo. Situada en el Portal de Aragón, que constituía la entrada por el camino de Aragón



Debido a la devoción hacia esta Virgen, se utiliza una ornamentación voluminosa y se resuelve la estrechez del espacio con la magnificencia de la altura, presidida por una cúpula de grandes dimensiones



El arte empleado en la capilla es el propio de la época, influenciado por las corrientes del s. XVII



Antigua calle del Mig. Destacan los arcos góticos de los porches y el hermoso ventanal también gótico del s. XIII que preside la fachada de la casa que abre la serie de porches de la calle



Grandes porches de arcos apuntados que te sitúan en plena edad media



Este tipo de construcciones de viviendas sobre los porches, que se extienden por todo el pueblo, eran muy comunes para poder desplazarse por dentro de las casas en tiempos de conflictos bélicos



El atractivo visual se acentúa, en alguna calle, con el buen gusto de los vecinos a la hora de colocar plantas y flores en sus fachadas



Portal de L’Àngel, flanqueado por sendas torres de defensa de planta cuadrada en plena calle Cavallers, donde está el muro del "Fossar Vell", con una imagen de la Virgen con Niño



Portal con arco rebajado presidido por una dovela con el arcángel Grabriel en relieve, santo protector



Calle Cavallers. Esta calle conserva el nombre por los Caballeros Cardona, de la estirpe de los Cardona catalanes, emparentados con los reyes de Aragón. Fueron dignificados caballeros por el rey Carlos I



Portal de Sant Roc, puerta de muralla, con dos torres cuadradas que hoy son dos casas particulares. Esta puerta, permaneció cerrada muchos días durante el s. XIV, para intentar evitar la expansión de la peste negra



Otro intento fue levantar esta capilla de San Roc. Dedicada al santo protector que alejaba las epidemias y pestes



Pequeña capilla-ermita de planta rectangular en mampostería de estilo popular con algún elemento barroco



Calles que conforman el Picatxo. Con este nombre se conoce en Batea la explanada rocosa superior que domina el núcleo poblado



Punto más alto de Batea, donde se estableció un poblado ibérico que podía comunicarse visualmente a la perfección con los poblados situados en el "Vall Major"



También en este espacio se levantó el Castrum de Batea, una fortaleza templaria en sus inicios, de la cual Felipe V, se encargo que no quedara rastro alguno



Pasear por estas calles te permite apreciar la tranquilidad mientras respiras historia



Calle de l'Arc



Plaza Mayor. Lo que fue una antigua planicie, preludio de una villa amurallada, se erige hoy en día en una plaza nexo de unión entre núcleo histórico y la modernidad



Iglesia Parroquial de San Miquel Arcàngel, de estilo barroco y fachada neoclásica, preside el pueblo con un campanario y unas dimensiones imponentes



Construida en el s. XVII toda en sillares. "Faro" de Batea, debido a su gran tamaño y estar situada en lo más alto del pueblo



Al sur del pueblo se levanta la colina del Calvario, un espacio religioso y al mismo tiempo conjunto natural



Lugar idóneo para pasear, admirar una puesta de sol con vistas panorámicas del pueblo y con un conjunto de capillas construidas entre los ss. XVII y XVIII que bordean el camino



Coronando el cerro, la iglesia inacabada del Santo Sepulcro. Se trata, de una construcción de planta de cruz latina, coronada con una gran cúpula



Otro lugar donde el pasado ha quedado congelado desde los años 70 del s. XX y que merece una sosegada visita es el vecino despoblado de Pinyeres



Todas las carencias de servicios imaginables en el pueblo, como no haber disfrutado de agua corriente ni electricidad nunca, ni en los últimos tiempos, escuela o médico, hizo que la última familia, residente en el caserón de la izquierda, tuviera que marchar



El pueblo estaba presidido por dos edificios singulares: por un lado la iglesia, que todavía hoy podemos admirar



Y por el otro, el castillo, que fue destruido y vio desmontados sus sillares, aprovechados por los habitantes para edificar sus casas



Iglesia de la Transfiguración del Señor, un bello ejemplar de las iglesias de reconquista, de transición al gótico y la Casa del Cura adosada en un costado



Interior de una sola nave, sin capillas, de gran sencillez y con sucesión de arcos apuntados



El gran tamaño de los contrafuertes en sillería aseguran la pequeña iglesia, como si en su construcción original se pensara en una mayor envergadura



Era un pueblo rodeado de tierras con buen regadío, lo que favorecía los cultivos y los huertos. Pero la misma proximidad al río y el hecho de ser un lugar hundido hacían que las epidemias fueran más violentas y duraderas



De esta manera, el pueblo se desocupaba en épocas de enfermedades y temperaturas elevadas, distribuyéndose su población por municipios cercanos como Batea. Y se volvía a agrupar una vez pasadas las malas temporada



Este hecho, y posteriormente la anexión a Batea en el s. XIX, llevó a la despoblación continuada y definitiva de Pinyeres



Recorrerlo despacio, admirando cada una de las maravillas que nos retrotraen a lo que fue y ya nunca será, a pesar que se ven algunos intentos de mantenimiento de alguien que quiere retrasar lo inevitable



 Calle Mayor, nostalgia y belleza, aquí puedes sentirte estar en la edad media, esta calle sigue igual. Las casas deterioradas pero retejadas y reforzadas puertas de algún propietario que se resiste


1 comentario:

  1. Batea por tus imágenes es un lugar precioso para como digo yo ser pateado disfrutando de sus edificios.
    En cuanto al despoblado que como nos cuentas estuvo habitado hasta los años 70 mas parece que les echaron, porque para esos años ya no tener luz.

    Saludos.

    ResponderEliminar