Real Monasterio de Santa María de Poblet
Localizado en el término municipal de Vimbodí y Poblet en Tarragona, panteón real de la Corona de Aragón, desde finales del s. XIV hasta la extinción de la casa real de Aragón en el s. XV
En un lugar que fue siempre muy rico en vegetación y bosque de álamos, etimología del término Poblet que deriva del latín populetum (alameda)
Está rodeado por una muralla de fortificación mandada construir por Pedro IV como protección
Declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. Todo el conjunto monástico está conformado por tres recintos bien diferenciados y comunicados entre sí por puertas de acceso
Puerta Dorada, separa el primer y segundo recinto, hace alusión al chapeado de planchas de bronce que la recubrían y que fueron doradas por voluntad de Felipe II y es un ejemplo de puerta castrense
Junto a la puerta se halla la capilla de San Jorge, mandada construir por Alfonso V de Aragón el Magnánimo, en acción de gracias por la victoria obtenida en la conquista de Nápoles en 1442
En este primer recinto estaban las habitaciones de los labradores, obreros, legos y demás "familia" del monasterio
Una vez traspasada la Puerta Dorada se llega a una gran plaza Mayor de planta irregular donde se conservan algunos vestigios de edificios antiguos y al fondo, se ve la puerta de acceso al atrio de la iglesia del monasterio, abierta en la muralla que rodea el 3º recinto
Puerta barroca del s. XVII, da entrada al atrio por donde se entraba a la iglesia cuando la clausura era estricta. A ambos lados de la puerta están las estatuas de San Benito y San Bernardo, sobre ella, imagen de la Virgen en una hornacina. A ambos lados se abrieron unos óculos con mucha ornamentación barroca y columnas salomónicas
El tercer recinto comprende todas las estancias del monasterio propiamente dicho, es decir, lo que fue la verdadera clausura. Abierto por la Puerta Real, encajonada entre dos torres, con aspecto que recuerda las Torres de Serranos de Valencia
La iglesia es de planta basilical con tres naves y crucero, las dos laterales son bastante más estrechas que la central
Sobre la entrada principal y en armonía con el gran rosetón, el famoso órgano barroco de Metzler. 3500 tubos desde 5 m. el más largo hasta 1cm. el más pequeño
Retablo de Damián Forment, en el centro del altar románico. Hecho en alabastro durante el reinado de Carlos I
Está organizado en banco, sotabanco y tres cuerpos con muchos altorrelieves en tres calles distribuidas en superposición de órdenes, con un nuevo lenguaje clásico
En el primer cuerpo, la Virgen con el Niño preside en el centro, con un tamaño mayor que las colaterales
Las dos naves laterales, románicas con bóveda de crucería, son bastante más estrechas que la central.
Nave de la Epístola
Alrededor del presbiterio discurre la girola a la que se abren cinco capillas radiales
Capillas dedicadas a Santos y la central al Santísimo. en los ss. XVII y XVIII fueron redecoradas siguiendo el gusto barroco y se les añadieron cúpulas, en las restauraciones del s, XX se buscó recuperar su aspecto primitivo
Entrada al palacio Martín el Humano
Estancias de poniente o ala de los conversos
El claustro. Un espacio cuadrado rodeado por unas galerías donde se abren las dependencias de la vida común, comenzado a finales del siglo XII y continuado al XIII
De espíritu gótico en la decoración simple de hojas y cestas, conserva una gran unidad y un particular encanto por su simplicidad y armonía.
La luz, el ruido del agua del templete, la parloteo de los pájaros inquilinos de los cuatro esbeltos cipreses y el sonido ritmado de las campanas hacen un lugar apto para el encuentro de uno mismo en la propia intimidad
Templete
Pandas del claustro
Con una clásica arquitectura del siglo XIV, utilizando unos arcos bellos y proporcionados
Cimborrio gótico
Claustrillo de San Esteban o de la enfermería, se encuentra dentro del recinto monástico, en el extremo este. Es de planta casi regular; en sus lados cortos tiene 4 y 5 arcos de medio punto y en los largos 8 y 9 pilares
Existen en Poblet una serie de sencillas cajas de piedra, algunas con la heráldica correspondiente labrada, otras sin ninguna inscripción
Son los enterramientos de nobles y magnates que pertenecían a la Hermandad o que profesaban como monjes, eligiendo el monasterio como lugar apropiado para su enterramiento
Antigua cocina, que solo conserva el hogar y algunos objetos de exposición y que sirve como ejemplo para conocer y aprender cómo eran estas piezas cisterciense
El refectorio, del s. XII, es concebido arquitectónicamente en continuidad con la iglesia del monasterio, hasta el punto de que en su estructura quiere expresar su semejanza
Sala Capitular. Un espacio amable, bien proporcionado, casi perfecto, donde dejarse empapar por la palabra equilibrada, pautadora de espacios interiores de la Regla de San Benito
La planta superior, da acceso a varias dependencias
Dormitorio. Espacio funcional del s. XIII. La noche, es también el tiempo de los grandes acontecimientos salvíficos: el Éxodo, la Pascua, la Resurrección ...
Aunque todo el monasterio es espectacular, la "Joya de la Corona" son las tumbas de la realeza en el interior de la iglesia
Los sepulcros reales construidos en el s. XIV y ubicados en el crucero de la iglesia, constituyeron el grupo escultórico funerario más importante y rico de cuantos fueron elaborados en la España gótica
El conjunto llegó a conocerse como Capilla Real, un panteón de reyes creado por iniciativa de Pedro IV el Ceremonioso, en un alarde arquitectónico ingenioso y original que llegó a cobijar, sobre las arcadas, seis tumbas de los reyes de la Corona de Aragón acompañados de seis de sus esposas ...
... Además, fuera de las arcadas se sitúan las tumbas de dos reyes más, así como la de otros príncipes y personas reales. Sepulcro del rey Alfonso V el Magnánimo (1458)
Sepulcros reales lado del Epístola, Alfonso II el Casto (1196), Juan I (1396), Juan II (1479) y sus respectivas esposas
Sepulcro del rey Martín I de Aragón, llamado también el Humano o el Viejo (1410)
Sepulcros reales lado del Evangelio. Jaime I (1276), Pedro IV el Ceremonioso (1387) y Fernando I de Antequera (1416)
Un monasterio espectacular había oído hablar de el pero no sabía de su belleza.
ResponderEliminarSaludos.