Merindad de Valdivielso

Merindad de Valdivielso, En su largo recorrido hacia el Mediterráneo, el río Ebro surca uno de los parajes más bellos de España. Antes de llegar a este preciado lugar, sus aguas han horadado un paso entre las sierras de La Tesla y Tudanca, modelando este espectacular valle



En este espacio de transición, entre el páramo castellano y los montes cantábricos, existen numerosos escenarios naturales y núcleos rurales donde se respira la auténtica armonía entre la simpatía de sus gentes y su esplendor histórico



Quintana de Valdivielso, su popular caserío se organiza en torno a la calle principal, donde se encuentra la Casa Grande, un soberbio palacio de sólida sillería del s. XVII



 Enfrente se emplaza otra elegante construcción del s. XIX, centro de interpretación de la  merindad



Quintana tuvo constancia de la primera presencia humana en la prehistoria con los asentamientos de los Castros de Peña Alta y Trascastro



Torre de Loja, s. XV. A partir del año 860 esta zona toma especial relevancia a raíz de la presión ejercida por el Islam en territorios cercanos, siendo repoblada por las gentes empujadas por los acontecimientos, constituyéndose en baluarte de resistencia frente a la ocupación



Torre de San Martín, s. XVII. Otro bello ejemplo del pasado glorioso de esta localidad



 Iglesia parroquial de San Millán Abad, s. XVI con portada barroca



Casa del Inquisidor, s. XVII, casona de sillar que exhibe un gran blasón



La Casa del Cura, desocupada desde que el último párroco saliera pitando después de que se le descubriera un affaire



Condado, conforma con sus tres núcleos de casas este bello pueblo que se organiza en estrechas y empinadas calles




Iglesia de Santa María, reformada sobre la original románica del s XI, junto al cementerio




Conserva restos de un románico temprano, como este pórtico tapiado



Fuente neoclásica junto a lavaderos



Conserva las trazas características de las aldeas medievales



Construcciones populares entre las que destacan algunas notables casonas señoriales



El Almiñé, el armonioso caserío de este pequeño núcleo rural se distribuye a lo largo de una calle principal, que coincide con un tramo de la antigua calzada, conocida como "La Cuesta"



Por la que discurría la Ruta de la Lana o el Camino Real, que comunicaba desde hace siglos el Cantábrico y la Meseta



Al borde de la Calzada que ascendía hacia el desolado páramo entre los siglos XVI y XVIII se levantaron numerosos palacios señoriales. Algunos en su fachada exhiben bellos escudos




También se crearon casas armeras y aún se conserva alguna, con su defensivo balcón-matacán



Pero el edificio más sobresaliente de este conjunto es la iglesia románica de San Nicolás, construcción del s. XII donde destaca su torre emplazada sobre el crucero y en la que resaltan ocho dobles ventanales



Conserva la portada septentrional, ventanales, canecillos y ajedrezados románicos, aunque la actual puerta de acceso es de estilo neoclásico



En torno a tradicionales casas de buena arquitectura aparece una fuente pilón, el potro de herrar, la bolera etc. etc.



Hozse encuentra al pie de la sierra de Tesla, sobre uno de los terrenos más abruptos del valle, en el inicio de una garganta u hoz que asciende zigzagueando hacia Tartalés de los Montes



Un precioso y armonioso pueblo rural



En la parte baja del núcleo se emplaza el soberbio palacio de los Ruiz de Valdivielso. Un edificio herreriano completamente simétrico y de perfecta sillería, compuesto por un cuerpo central flanqueado por dos torres de tres pisos



Iglesia de San Cornelio y San Cipriano ocupa la parte más elevada de la población. Tras su derrumbamiento, la iglesia fue reedificada en el s. XVI, se consiguió conservar algún ventanal y canecillo del primitivo templo románico



La subida hacia Tartalés de los Montes por la estrecha hoz, no es para tomársela a broma



Aunque las vistas que nos ofrece esta sierra no se pueden describir



Tartalés de los Montes, al que nos acerca una estrecha y serpenteante carretera, encajonada entre verticales paredes rocosas, no recomendable para quienes sufran de vértigo, donde nos sorprende este espectacular paraje, un arroyo que cae en cascada



Este pequeño núcleo rural está configurado por pequeñas casas tradicionales, un buen ejemplo de la arquitectura popular del valle



La iglesia de San Miguel es una construcción del románico tardío del s. XIII



Bajo la espadaña hay una ventana con dos arquivoltas y columnas de decoración geométrica



Este pintoresco pueblo se encuentra rodeado por un extenso pinar donde crecen hayas entre una naturaleza exuberante




Puente Arenas, en la base del valle está este núcleo urbano, formado en torno al único puente antiguo existente en este tramo del Ebro. Este hermoso puente ha dado nombre al pueblo



Su caserío se organiza diseminado a lo largo del río y en él destacan varias casonas de sillería



 Que en algunos casos merecen la denominación de palacios, como este soberbio palacio del Obispo Temiño



La Iglesia de Santa María, una de las mayores del valle, edificio plateresco del s. XII



En el que quedan algunos restos románicos como la portada y dos tramos de la nave que datan de dicho siglo, y otros góticos



En Puente Arenas se alza la iglesia de San Pedro de Tejada, auténtica joya del románico. La portada principal contiene un interesante contenido iconográfico



Se caracteriza por su perfección constructiva, su uniformidad de estilo y sus detalles escultóricos, con un aspecto muy compacto, conservando unos canecillos de gran calidad, que presentan motivos simbólicos, lúdicos y eróticos



Quecedo, entre las estrechas calles de la capital de la merindad resaltan sus excelentes casonas




Como el palacio de los Huidobro, de los ss. XV y XVI, con su torre almenada de tres pisos reforzada en las esquinas por garitones



Entre el patrimonio arquitectónico de Quecedo destaca la iglesia gótica de Santa Eulalia, una construcción original del s. XV, reformada en los siglos posteriores



Valdenoceda, situado en el extremo occidental del Valle, entre el puerto de la Mazorra y el desfiladero de Los Hocinos, su caserío se encuentra diseminado en dos barrios



En el barrio del Río, el conjunto integrado por la iglesia de San Miguel y la Torre de los Velasco centra la mayor atención



La iglesia románica de San Miguel destaca por su cúpula sobre el crucero. Sobre él se eleva la torre del campanario con arcos de medio punto en cada fachada



En el interior, bastante perjudicado por su desatención, destacan los modillones que sostienen los nervios de la cúpula, que representan los cuatro evangelistas



Se accede a la torre por medio de un husillo, cuyo exterior muestra dos altorrelieves que representan a San Juan y San Lucas



Cercana a la iglesia se alza la Torre de los Fernández de Velasco, construida a finales del siglo XIV. Esta sólida fortificación, de veinte metros de altura y gruesos muros rematados por almenas, conserva saeteras y luce varios escudos de los Velasco



1 comentario:

  1. Manuel no supe ubicar esta merindad hasta la ultima localidad por la que pase en varias ocasiones, la ultima en julio. Creo que pare en alguna ocasión bajando la Mazorra o al menos mire lo poco que permite ese puerto quitar la vista de la carretera. Del desfiladero de los Hocinos si tengo una entrada ya que se puede parar en el puente y no se si en algún otro lado.

    Saludos.

    ResponderEliminar