Ainsa - Cañón de Añisclo

Ainsa, municipio de Huesca donde el tiempo acaricia con sus largos dedos, la protección de las piedras, un lugar de leyenda, que hunde sus raíces en tiempos remotos



Los primeros pobladores que habitaron este entorno prodigioso, con el paso del tiempo, fueron dando forma humana a uno de los enclaves más hermosos del Pirineo



Piedra sobre piedra, camino a camino…las diferentes culturas que habitaron estas tierras dejaron su huella singular



Ya los celtas y romanos vieron en este enclave, donde se unen los ríos Cinca y Ara, ríos trenzados, el lugar arquetipo para asentarse



Los ríos trenzados se forman cuando el agua acarrea gran cantidad de materiales de grueso tamaño, gravas, procedentes de depósitos dejados por antiguos glaciares que ocuparon la cabecera del río o procedentes de erosión de rocas



El río transporta estos materiales durante las crecidas, formando canales separados, barras o islas. En general son ríos inestables e imprevisibles sujetos a avenidas que modifican en solo unos días su cauce



Navata. En su día el Cinca fue un río maderero, La madera se transportaba impulsada por la fuerza de la corriente, por medio de navatas, grandes plataformas de troncos atados. En mayo se celebra el "descenso de las navatas" por el río Cinca



El fértil valle que forman los ríos Ara y Cinca acoge la expansión del pueblo, fuera del cerro en que se asienta el núcleo medieval



Al cuál se puede llegar ascendiendo una pétrea escalera y a su vez ir disfrutando de las bellas vistas que ofrece el valle



Portal de Afuera, s. XV, uno de los portales de la antigua muralla



El estrecho cerro donde esta ubicado el pueblo, da para dos calles y sus filas de casas correspondientes



Con las puertas que abren lo que fue la fortaleza medieval, formando deliciosos rincones



Y los estratégicos soportales aumentan la espectacularidad del entorno



Calle de Santa Cruz, museo medieval al aire libre



Una villa donde se une el ayer y el hoy, porque detrás de la sobria y pétrea arquitectura continua latiendo una vida amable y acogedora



Iglesia de Santa María, finales de s. XI, portada con cinco arquivoltas sobre columnas y el principal elemento identificador de Ainsa, su enorme torre 



El óptimo emplazamiento y su considerable altura, habilitó su función militar como torre vigía



Templo que es una obra de arte del románico y verdadera joya de la comarca de Sobrarbe donde destaca la sobriedad y desnudez



En la cripta se hizo una pequeña capilla con la restauración que la salvó de las ruinas, rehaciendo sus bóvedas, capiteles y columnas haciendo copia de los que se conservaban



Impresionante, aunque humilde y sencillo el claustro construido entre los siglos XII y XIV



Resulta peculiar por su forma irregular con la que se adapta perfectamente al mínimo espacio disponible




A su ábside se adapta una de las puertas que abren el núcleo urbano



Núcleo que está presidido por la vistosa y colorida Plaza Mayor. Impresiona por sus dimensiones fuera de lo común y por la sencilla armonía de sus líneas




Que ha sido durante los siglos XII y XIII el escenario de las célebres ferias y mercados de Ainsa, donde se halla el ayuntamiento



El elemento más característico son sus porches laterales, armónica sucesión de arcos de medio punto y ojivales, todos diferentes entre ellos



La perfecta conservación de los edificios originales, la convierten en una de las más hermosas plazas medievales de España



Bajo los soportales hay numerosos restaurantes, además de dos prensas comunales de vino que utilizaban los vecinos del pueblo que no tenían una partícular para prensar las uvas de su cosecha



Arco del Callizo, s. XIV



Monumento a los fueros de Sobrarbe y los orígenes de la identidad de Aragón



Del castillo podemos ver el conjunto amurallado y torreones cuadrangulares en los ángulos. De grandes dimensiones



El aspecto actual de la fortaleza responde a la política de fortificación de Felipe II,s. XVII



El castillo con un enorme patio de armas, conserva casi toda la muralla. De sus puertas exteriores principales, quedan dos en pie



En uno de los laterales se pueden ver restos de antiguas dependencias



Los muros están reforzados por arquerías elevadas con arcos de medio punto, románicos a pesar de datar del siglo XVII y cuya función es la de sostener el Paseo o Camino de Ronda



La Torre del Homenaje, del siglo XI, está totalmente reconstruida. Es una torre pentagonal de cinco pisos con saeteras y tejado a dos aguas



La ronda perimetral sobre la muralla es un excelente mirador del paisaje que ofrece la bella sierra de las Tucas




Y a su vez la mejor perspectiva del pueblo



Arco del Hospital; de arco rebajado y sobre su bóveda cruza un pasadizo que ponía en comunicación la Iglesia con el antiguo hospital de peregrinos



La plaza Mayor, todavía conserva restos de la primera muralla, de la que formaba parte el Portal Ato que da a la calle Mayor



Siguiendo la calle Mayor, podemos observar varias fachadas importantes, casa Arnal, casa Bielsa etc y todas tienen su nombre, porque aquí cada casa es más que un edificio. Forma parte de un sistema social del pirineo. La presencia de un solo heredero garantiza la permanencia íntegra del patrimonio familiar



Una de las más hermosas de toda la villa es la casa Bielsa, de formas románicas, aunque estas maravillosas ventanas con parteluz son algo posteriores a la época medieval



Extraordinarios portales, que al igual que otros elementos de la fachada, realzaban el aspecto exterior para aumentar el prestigio de sus propietarios



Plaza de Santo Domingo


Plaza San Salvador


Cruz Cubierta, situada a 1,5 km. del castillo. Un pequeño templete circular construido en 1655; en su interior, sobre un altar, está la carrasca coronada con la cruz; que conmemora la reconquista de Ainsa, en el lugar donde, según la leyenda de “La Morisma”, se libró la batalla




En las cercanías del municipio hay varias pequeñas ermitas con sus peculiaridades propias y que es interesante conocer, en la foto la de Santa Ana y la de, La Virgen de los Palacios, del s. XVII



Su interior remozado en lo mínimo, guardan un sabor original y auténtico



 El Pirineo tiene muchos e increíbles parajes y uno de ellos es el Cañón de Añisclo



La entrada a este cañón se hace desde Ainsa



Situado al sur del macizo del Monte Perdido y labrado por el transcurrir del río Bellos



 Una estrecha carretera de un solo sentido lo recorre



Por unos parajes que son todo un espectáculo sensorial



Una singularidad de este espacio es el fenómeno de inversión térmica, que da lugar a un trueque en los pisos arbóreos, de forma que la vegetación más seca como las carrascas están en las zona alta, mientras que los hayedos se sitúan en el fondo el barranco













Encinas, hayas y otras frondosas convierten al Cañón de Añisclo en una micro selva de montaña, y en una fabulosa escuela de naturaleza






2 comentarios:

  1. Un lugar precioso en donde se demuestra que no solo las formas muy trabajadas son hermosas y que conservando su aspecto exterior dentro puede ser de lo mas moderno.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Beautiful photos and beautiful music! Hello from Montreal, Canada. :)

    ResponderEliminar